Desarrollan asiento de inodoro con sensores para descubrir si la salud de un paciente cardíaco se está deteriorando.
Un equipo de ingenieros del Rochester Institute of Technology (RIT), entre los que se encuentra Nicholas Conn, también CEO de Heart Health Intelligence, en respuesta a las preguntas ¿Qué podemos hacer para integrar la tecnología en la vida cotidiana? ¿Qué es lo que la gente utiliza todos los días? encontraron la forma de incorporar sensores y así desarrollaron un asiento de inodoro que permite monitorear la salud de un paciente cardíaco.
¿Por qué el asiento del inodoro? pues permite el contacto directo con la piel, lo que facilita el monitoreo y además es utilizado por la mayoría de las personas.
Elementos principales de este peculiar asiento de inodoro
El asiento que desarrollaron en está compuesto por tres instrumentos principales que son un electrocardiograma, un fotopletismograma y un balistocardiograma.
El electrocardiograma utiliza electrodos en la superficie del asiento del inodoro para medir la actividad eléctrica del corazón.
El fotopletismograma es un sensor igual al que se encuentra en una pulsera cuantificadora, el cual permite medir la frecuencia cardíaca.
En cuanto al balistocardiograma, detecta el peso del paciente y según la forma en que fluctúa cuando el corazón late, puede determinar el volumen de sangre que pasa a través del corazón y esta técnica para calcular el volumen de la sangre que pasa por el corazón es la primera vez que se demuestra usando un balistocardiograma, así que este equipo del RIT es pionero en esto.
El tema es cuanto tiempo tiene que estar sentada la persona para que los resultados sean precisos. Nicholas Conn señala que los instrumentos son lo suficientemente sensitivos que en solo 90 segundos puede obtener todos los datos que necesita para realizar una prueba completa.
Además todo está guiado por un algoritmo que hasta les permite determinar si la persona está relajada o se ha esforzado. Esto tiene que ver con que la micción y los movimientos intestinales pueden llegar a causar cambios en la frecuencia cardíaca, la respiración y por supuesto en la presión arterial.
Entre los planes se encuentra la integración de una batería que aproximadamente dure 6 años y además piensan utilizar tecnología celular para comunicar los datos a un centro y que este ofrezca los resultados de las pruebas.
En un articulo acerca de este asiento de inodoro en el blog del RIT, Nicholas Conn señala lo siguiente:
El equipo trabaja en el desarrollo final de este asiento de inodoro pensando en la aprobación de la FDA (Agencia de Alimentos y Drogas del gobierno de Estados Unidos) y esperan que este asiento de inodoro esté disponible para finales del 2021 o comienzos del 2022.
Vía | The Daily Beast