SEAT da a conocer algunas de las exigentes pruebas a las que somete las distintas piezas de sus vehículos antes de ser lanzados al mercado.

Hoy en día las pruebas por las que pasan los distintos componentes de un nuevo vehículo antes de ser lanzado al mercado son muy exigentes y entre otras cosas comprenden distintos tests para determinar la resistencia de las piezas, la seguridad del vehículo y hasta el aislamiento del chasis

Muchos son los componentes críticos que hay que tener en cuenta al momento de determinar las pruebas y la exigencia de las mismas.  Por ejemplo tenemos el caso de las ruedas, la suspensión, los amortiguadores, chasis y carrocería, por nombrar algunos, que pueden ser determinantes en un accidente.

Pero tampoco debemos de olvidarnos de otros componentes menos críticos al momento de un accidente que también son tenidos en cuenta por los fabricantes de autos, ya que la calidad de esos componentes es determinante para que los clientes vuelvan a comprar un vehículo de la marca.

SEAT entre otras pruebas somete a la puertas a la tortura de cerrarlas unas 30.000 veces, rozar los asientos aproximadamente 20.000 veces y apretar las teclas de distintos componentes electrónicos como 5000 veces.

Los anteriores son algunas de las pruebas más duras por las que tiene que pasar un vehículo en SEAT antes de ser lanzado al mercado y dicho sea de paso, la mayoría de las pruebas se realizan con un prototipo del modelo, previamente a la producción y las restantes se realizan a toda la producción de vehículos, antes de salir para el concesionario de ventas.

A continuación tienen algunas de las pruebas más exigentes por las que pasan los componentes de vehículos de SEAT en España:

-Ruedas que dan cuatro vueltas al mundo: Medio centenar de ingenieros testan los prototipos rodando más de 1.200.000 kilómetros al año en terrenos extremos, el equivalente a cuatro vueltas al mundo. Las piezas tienen que resistir tanto el hielo de las carreteras de Rusia como los 50 grados del desierto de Marruecos.

-3.000 km de impactos de grava:  Cientos de miles de fragmentos de gravilla impactan contra los bajos del coche, el pasaruedas o el parachoque durante la fase de desarrollo de un vehículo. El objetivo es ver cómo estas partes resisten 3.000 kilómetros de circulación por un terreno irregular.

-20.000 roces por asiento: Entrar y salir del coche 20.000 veces seguidas. Es lo que reproduce una máquina que simula los roces que sufrirá el tejido sobre el que se sentarán el conductor y los ocupantes. Además, se abate el asiento hasta 20.000 veces en cada modelo de coche para comprobar su resistencia.

-Hasta 5.000 presiones por tecla: Cada botón del vehículo tiene que transmitir sensación de calidad y precisión al tacto que, además, debe ser el mismo en cada modelo que sale de fábrica. Para ello, las teclas de la pantalla de navegación, de la radio o del aire acondicionado se ponen a prueba apretándolas hasta 5.000 veces. El departamento de Háptica -la ciencia del tacto- realiza estos tests tres años antes de que el vehículo salga a la luz.

-30.000 cierres de puerta al año: El sonido de las puertas es una de las primeras impresiones con las que se quedará el futuro conductor. Por ello, se realizan 30.000 cierres al año para estudiar que todos los modelos emitan un sonido corto y seco, sin rebotes, que transmita sensación de estanqueidad.