Android de Google e iOS de Apple son dos sistemas utilizados principalmente en la tecnología móvil. Android, cuya base es Linux, es en parte de código abierto y sus características básicas y de interfaz son generalmente más personalizables desde arriba hacia abajo — PC/like. Pero los elementos de diseño uniforme de iOS a veces son vistos como más fáciles de utilizar.
Para los usuarios leales de Apple, la sola idea de abandonar el iPhone y cambiarse a Android es suficiente para sentir escalofríos en todo el cuerpo. Para los adeptos a Android, la sola idea de usar un iPhone es horrible. Los fans en ambos lados de la valla parecen ser incapaces de imaginarse la vida en el lugar del otro, y las batallas en línea entre usuarios de Apple y los usuarios de Android aparecen constantemente.
Pero, ¿realmente las cosas tienen que llegar a tal intensidad? Al fin y al cabo lo que se hacen más ricos con nuestro dinero y tales batallas son solo Google y Apple.
No pretendo ni de cerca atreverme a decir que las dos plataformas trabajan por igual. Desafortunadamente para el promedio de los usuarios, esas diferencias de las que los que han utilizado una u otra plataforma reclaman, cada día disminuyen. Puede que ese haya sido el caso hace 5 o 6 años. No el día de hoy.
Ambos sistemas operativos funcionan de manera similar puesto que permiten fácilmente la instalación de aplicaciones para actividades deseadas. Los dos utilizan convenciones táctiles y de gestos muy similares para el funcionamiento de un dispositivo. Ambos tienen estructuras de navegación e interfaces similares para el usuario, que si se comparan uno a uno, son más parecidos que diferentes.
Existen por supuesto muchas diferencias menores. Y algunas de esas diferencias son más que meramente cosméticas. Pero en un entorno cada vez más enfocado y a la vez dependiente de las aplicaciones, las divisiones entre las plataformas de Google y de Apple no son realmente tan intimidantes.
iOS o Android: la experiencia de los editores de CNET.com
Por cuestiones más de publicidad habrán notado que en los medios se habla de usuarios de Android moviéndose a iOS 8. Pero cuando se trata de profesionales de la información como, Luke Westaway de CNET, un antiguo usuario de los productos de Apple, hay que leer con cuidado.
Westaway también ha utilizado otros celulares como el Galaxy S3, el HTC One M8 y el Sony Xperia Z1, pero solo tomó la decisión de abandonar iOS cuando recientemente perdió su iPhone. Al empezar a utilizar Android como su primario sistema operativo pensó que podría llegar a despreciar Android. No aconteció. La sensación sea esta positiva o negativa estuvo ausente, escribe el editor senior en CNET.com
La verdad es que una vez que adquieres un smartphone usted sólo busca que funcione. La vanidad de poseer un iPhone queda relegada. Una vez que usted desbloquea su celular, usted no se detiene. Su prioridad es conectarse a Internet, abrir y cerrar aplicaciones, escribir notas o mensajes de texto, y de vez en cuando tomar y subir fotos a cualesquier red social.
Para justificar su artículo, Westaway menciona dos experiencias opuestas de dos colegas suyos: el caso de Rich Broida y su regreso a iOS y el de Brian Bennet en su decisión de permavecer con Android.
Fin del drama
Al terminar de leer esta nota aquellos que escriben y desarrollan software y aplicaciones estarán ampliamente en desacuerdo conmigo. Pero no es el punto de esta nota. Estamos ofreciendo solución a las dudas del común de los usuarios como dijimos más arriba.
Nadie con conocimientos puede decir que existe perfecta paridad entre los dos sistemas móviles, claramente las dos plataformas siguen siendo muy diferentes. El desarrollo y amplio uso de las aplicaciones en los dos sistemas (muchas de ellas comunes para los dos) ha hecho que el usuario las vea como ampliamente similares.
Así que la próxima vez que quiera comprar un smartphone, no le preocupe tanto si se de Apple, o no. Al final del día y de su contrato de dos años, las dos plataformas sobre las que operan la mayoría de los celulares hoy en día, son comparables y más que suficientes para hacer su trabajo (llamar, navegar el internet, tomar fotos), y la una no es inherentemente mejor que la otra.
Milton Ramirez aprecia su lectura y agradece sus comentarios.