A veces no nos imaginamos siquiera que detrás de hechos cotidianos puedan estar presentes hecho científicos. Claro que la explicación requiere un poco más que saber popular. Posiblemente a los que aman el fútbol no les interesa ver sino entrar el balón en el arco contrario. Pero explicar la extraña trayectoria de un balonazo como el ejecutado por el equipo de Brazil durante 2007, toma tiempo, energía y la comprensión del número de Reynolds. ()
Ese reto lo tomaron cuatro científicos franceses del Departamento de Física Dinámica en la Ecole Polytechnique, Guillaume Dupeux, Anne Le Goff, David Quéré and Christophe Clanet quienes desafiando los retos que ofrece la Física al respecto comprobaron que es perfectamente normal que la trayectoria de una bola tenga ese curso cuando es golpeada (pateada) con suficiente fuerza.
Las pruebas se realizaron en agua pero aplican a fluidos como el aire. El origen físico del balón girando en espiral radica en la diferencia de velocidad adquirida debido al ascenso y arrastre del cuerpo que son variaciones lineares y cuadráticas. Una referencia importante para los que manejan magnitudes y han sobrepasado la preparación de nivel secundaria en Física.
Lo que sucede es que en una esfera giratoria, un balón que aparentemente se mueve en una dirección, eventualmente terminará asumiendo un movimiento en espiral cada vez más rápido. Esto sin embargo no es muy visible con esferas en el aire, debido a que la gravedad interactúa y limita la curva formada, pero si el balón de fútbol en este caso, es pateada con suficiente fuerza, toma más tiempo para que la gravedad de la tierra haga notoria la diferencia.
Para el caso específico de aquel partido de fútbol en el 2007 (ver video) el número de Reynolds – y la distancia entre el pateador y el arquero (L) , es dos veces menor que esta última y es algo que los investigadores destacan.
Ellos escriben en su reporte, la trayectoria de la bola puede significativamente desviarse del circulo que forma, asumiendo que el balón es disparado a una distancia suficiente, y su trayectoria es algo impredecible para el portero. El tiro libre de Roberto Carlos fue ejecutado desde unos 35 m de distancia respecto del pórtico, lo que es comparable a con la distancia para la cual los investigadores esperaban ocurra este tipo de inesperada trayectoria.
Considerando la potencia en la pierna del jugador brasileño, la trayectoria del balón brutalmente encorva hacia el arco, a una velocidad lo suficientemente grande como para sorprender al arquero. GOOOOOOOOOOOOL!
Gracia por tip a nuestro amigo y colega Gustavo Martinez!
[Fuente Geeksaresexy][Foto cortesía de New Journal of Physics]