Hace 15 años en un partido en Ciudad del Cabo, Van Schalwyk vio entre las celebraciones del público una larga trompetal artesanal y desde entonces tuvo la ídea de comercializarla. Luego de ese partido Schalwyk en su fábrica de plásticos logró reproducir la trompeta local, su producción inicial fueron 500 trompetas en el 2001, el siguiente año una compañía le compró 20 mil, a partir de ese momento su negocio de «Vuvuzelas» despegó.