En un mundo donde la búsqueda de la felicidad a menudo se considera el objetivo último, ha surgido un estudio muy interesante que arroja luz sobre la pregunta milenaria: ¿A qué edad somos más felices?
Un equipo de investigadores internacionales de varias universidades europeas ha profundizado en este enigma, analizando datos de más de 460,000 individuos y 400 estudios. Sus hallazgos, publicados en la prestigiosa revista American Phycological Association PsycNet, ofrecen una comprensión matizada de la felicidad y la satisfacción con la vida en diferentes etapas de la vida.
El Estudio: Un Meta Análisis
El equipo de investigación, compuesto por expertos de la Universidad Alemana del Deporte en Colonia, la Universidad Ruhr de Bochum, la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia y las universidades suizas de Berna y Basilea, realizó un metaanálisis.
Estos investigadores examinaron tres componentes clave del bienestar subjetivo: la satisfacción con la vida, las emociones positivas y las emociones negativas. El estudio abarcó grupos de edad desde los 9 hasta los 96 años e incluyó una amplia gama de participantes en términos de género, etnia y nacionalidad.
La Curva de la Felicidad
El estudio revela una fascinante «curva de la felicidad». La satisfacción con la vida disminuye entre las edades de 9 y 16 años, probablemente debido al tumultuoso período de la pubertad. Luego aumenta de manera constante hasta los 70 años, después de lo cual disminuye.
Las emociones positivas siguen una tendencia descendente similar pero más extendida, comenzando a los 9 años y continuando hasta los 94.
Las emociones negativas, por otro lado, fluctúan entre las edades de 9 y 22 antes de disminuir en general hasta los 60, después de lo cual vuelven a aumentar.
Los Factores en Juego
Los investigadores especulan que el descenso en la satisfacción con la vida durante la adolescencia podría atribuirse a cambios corporales y trastornos en la vida social.
En contraste, la disminución de las emociones positivas en la vejez puede deberse al deterioro de la salud física y la reducción de las interacciones sociales, ya que amigos y familiares fallecen.
Implicaciones y Direcciones Futuras
Los hallazgos del estudio tienen implicaciones significativas para las intervenciones de salud mental, particularmente para los adultos mayores. A medida que la satisfacción con la vida y las emociones positivas disminuyen en los últimos años, las intervenciones específicas podrían ser beneficiosas.
Si bien la búsqueda de la felicidad puede ser un viaje de toda la vida, comprender sus altibajos puede ofrecer valiosas perspectivas. Este estudio sirve como un mapa, ayudándonos a navegar por el complejo terreno de las emociones humanas a lo largo de la vida.