La firma automotriz Citroën, a través del número 65 de su revista corporativa lanzada en otoño de 1981, presentó un vehículo de concepto con líneas super aerodinámicas, como casi nunca se habían visto hasta el momento.
Podemos decir que el vehículo presentaba un formato similar, salvando las distancias, al vehículo que aquí en Estados Unidos se conoce como Familiar o Station Wagon y para acercarlos más a la definición de este último vehículo en esas épocas, un station wagon fue el utilizado en la película National Lampoon’s Vacation (1983) protagonizada por Chevy Chase y Beverly D’Angelo, en la cual una familia muy singular salía de vacaciones recorriendo diferentes rutas con este vehículo que en su época fue un icono para las familias norteamericanas.
El vehículo presentado en 1981 en la revista de Citroën fue el Citroën Xenia, el cual tenía unas formas futuristas, inéditas para la época. Este diseño de este vehículo fue realizado en el Centro de Diseño de Citroën, aunque no fue el primero en crear un estado de asombro y admiración en ese momento, el año anterior ese Centro de Diseño ya había presentado otro concepto llamado Karin, el cual presentaba una forma piramidal.
El Xenia con sus formas en su momento anticipó el futuro. Sus medidas eran de 4,20 metros de largo y 1,75 metros de ancho, además presentaba dos grandes puertas tipo ala de gaviota y podía transportar hasta 4 pasajeros sentados en forma muy cómoda.
Además también su interior anticipaba el futuro de la tecnología en el habitáculo de los vehículos, con algunos elementos que hoy ya son cosa de todos los días en los vehículos actuales, pero que en ese momento deslumbraban a quienes conocían las características del Citroën Xenia.
Los diseñadores de Citroën pensaron que el vehículo debía tener sensores de radiación solar que regulaban la climatización. Además y algo que luego fue implementado en los Citroën CX y BX, también incluía un ordenador que calculaba consumos de combustible, autonomía restante, velocidad media y más. También incluía un sistema de navegación basado en GPS, aunque en ese momento esa tecnología solo estaba reservada para usos militares.
Unos de los diseñadores del equipo de Citroën fue Michel Harmand, quien diseñó el salpicadero del Xenia, incluyendo tecnología que permitía que todas las funciones se pudieran accionar sin quitar las manos del volante. También incluía un cambio automático ZF, el mismo que luego utilizaron el CX y el BX.
Un vehículo muy singular para la época, que mostró el futuro de la industria automotriz, ese mismo futuro que hoy se encuentra a nuestra disposición en infinidad de vehículos.