La tercera generación del Porsche Cayenne ya está lista para el público luego de una serie de pruebas extremas de resistencia en diferentes partes del planeta, tanto bajo el frío congelante de 45 grados centígrados bajo cero, como así también del calor agobiante de más de 50 grados centígrados, pruebas que según la automotriz alemana garantizarán el cumplimiento del los estrictos requisitos de calidad de la marca y que muchos conocemos.  Estos vehículos de preserie y prototipos utilizados en las pruebas recorrieron un total de 4,4 millones de kilómetros.

Porsche desde el 2002, año en que esta SUV fue lanzada por primera vez, ha vendido más de 760.000 unidades del Porsche Cayenne y este 29 de agosto, con el estreno mundial del nuevo modelo, piensa seguir incrementando esas ventas.

Este año el nuevo Porsche Cayenne ha sido rediseñado completamente, con renovaciones profundas en el sistema de propulsión, el chasis y hasta el concepto de controles y pantallas, que la marca decidió realizar para incrementar más el abanico entre el confort y la deportividad del vehículo.

Las pruebas se realizaron con el objetivo de conseguir un equilibrio perfecto entre todos los componentes del Cayenne, que este año cuenta con algunos desarrollados expresamente para este vehículo.

El proceso de pruebas del Cayenne comenzó en el 2014 con las unidades transportadoras y terminó estos días con prototipos y vehículos de preserie (previos al modelo final de producción).  Si bien también realizaron muchísimas simulaciones virtuales las cuales cada vez se perfeccionan más, las pruebas más valoradas por Porsche son las que realiza en condiciones reales, además de ser las que Porsche considera como el examen final para cada nuevo vehículo que producirá.

Sobre las pruebas Porsche explica lo siguiente:

Las pruebas completas de vehículos se implementan para armonizar la interacción de todos los componentes individuales y para probar la estabilidad y la funcionalidad en su uso, orientadas a la utilización que va a hacer el cliente. El objetivo es siempre encontrar la más alta calidad que exige Porsche. Específicamente, este proceso incluye duros test de resistencia en bancos de impulsos, una instalación de pruebas hidráulica que aplica vibraciones artificiales tanto al chasis como a la carrocería. La gama de test también abarca pruebas de estabilidad en campo y carretera, realizadas en el Centro de Desarrollo de Porsche, así como pruebas de resistencia dentro y fuera de dichas instalaciones. La vida del vehículo se simula en condiciones de especial dureza, una utilización que es poco probable que se le dé al coche cuando pase a manos del comprador. En pocos meses y con probadores que se van turnando, los coches cubren más de 240.000 kilómetros en situaciones cotidianas de tráfico urbano, en carreteras comarcales y en autopistas.

Las pruebas se realizaron en varias regiones del planeta, incluyendo pistas de competición que Porsche utiliza para analizar todos sus modelos, como por ejemplo el circuito alemás de Hockenheim y por supuesto el icónico circuito de Nürburgring-Nordschleife y en Italia, las pruebas las hizo en la pista de alta velocidad de Nardò.

En las pruebas analizan materiales, sensores y electrónica, elementos que debieron demostrar su calidad y durabilidad en condiciones extremas como los más de 50 grados centígrados de temperatura sobre el desierto de Dubai (EAU) y en las pendientes de tierra del Valle de la Muerte (EE.UU.).  En contraposición también probaron al Cayenne en Alaska (EE.UU.) bajo temperaturas de 45 grados bajo cero, tanto en la nieve, como así también sobre el hielo.

Pero eso no fue todo, el Cayenne también debió resistir paradas y arranques de tráfico en condiciones de humedad y calor en varias ciudades chinas, además de pruebas en más circuitos de países como España, Finlandia y Suecia.   Otras pruebas también se realizaron en Japón, Sudáfrica y Nueva Zelanda.

Imágenes cortesía Porsche