Tal como les había comentado hace unos días atrás, en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra 2017 Goodyear acaba de revelar su visión respecto a los neumáticos del futuro presentando un prototipo de neumáticos llamados Eagle 360 Urban, el primer prototipo de neumático que es impulsado por Inteligencia Artificial, para que pueda sentir, decidir, transformarse e interactuar.
El Goodyear Eagle 360 Urban es una esfera que cuenta con un «cerebro» y piel biónica, además de tener la habilidad de poder cambiar la forma de su huella. Este neumático se puede adaptar en forma rápida a cualquier circunstancia. Pero eso no es todo, también están preparado para adaptarse a la evolución de las necesidades de Mobility as a Service (MaaS) (movilidad como servicio) para vehículos individuales o flotas de servicios.
La piel biónica del Eagle 360 Urban incluye una red de sensores que constantemente comprueba el estado del neumático y a su vez va recopilando distinto tipo de información, incluyendo el estado de la ruta.
Este prototipo puede procesar esa información en tiempo real y gracias a su conectividad puede incluir en ese proceso la información de otros vehículos, del entorno, del tráfico y de los sistemas de gestión de movilidad.
Ese proceso instantáneo se produce gracias a redes neuronales programadas con algoritmos de aprendizaje de máquina y así el neumático Eagle 360 Urban puede decidir la acción ideal en ese momento. A medida que pasa el tiempo las decisiones son cada vez mejores, ya que el neumático va aprendiendo cada vez más.
En cuanto al material utilizado para la piel biónica, se trata de un polímero de súper elasticidad que le da una flexibilidad casi similar al de la piel humana, lo que le permite contraerse y expandirse fácilmente. Esta piel externa cubre un material muy similar a la espuma y lo suficientemente resistente para aguantar el peso del vehículo sin deformarse.
Respecto a esto último Goodyear señala lo siguiente,
Gracias a esta flexibilidad, los elementos que actúan bajo la superficie del neumático, que funcionan como músculos humanos, pueden rediseñar las secciones individuales que componen el diseño de la banda de rodadura del neumático, añadiendo ‘hoyuelos’ para condiciones de mojado o aplanando su huella para superficies secas. De este modo, se despliega una nueva huella con un área de contacto más segura.
En caso de pinchaduras, los sensores de la banda de rodadura localizan el pinchazo y cuando lo hacen, el neumático gira creando una nueva superficie de contacto, lo que reduce la presión sobre la parte dañada (pinchazo) y así da comienzo el proceso de auto reparación, lo que se da gracias a los materiales empleados que reaccionan química y físicamente, creando nuevos enlaces moleculares que arreglan el pinchazo.
De acuerdo al fabricante de neumáticos, algunas de las características claves y los principales beneficios que otorga este nuevo prototipo de neumático Eagle 360 Urban son los siguientes:
La unidad de Inteligencia Artificial actúa como el ‘cerebro’ del neumático y le permite:
- Sentir continuamente las condiciones de la carretera y su entorno circundante en tiempo real, así como comprobar su propio estado en tiempo real.
- Procesar la información recabada por medio de redes neuronales entrenadas con complejos algoritmos de aprendizaje, que deciden qué hacer y aprenden para situaciones futuras.
- Transformarse utilizando su propia huella cambiante y el interfaz neumático/vehículo.
- Interactuar con otros vehículos y todos los elementos que componen el Internet de las Cosas para compartir la información recopilada y las lecciones aprendidas.
La alta capacidad sensorial de la piel biónica de la huella, con su red de sensores, extrae información sobre la carretera y las condiciones meteorológicas, y la transmite a:
- El neumático para optimizar el cambio en la forma de la huella.
- El ‘sistema nervioso’ del vehículo para mejorar el frenado, manejabilidad y eficiencia del coche.
- Todos los elementos que componen el Internet de las Cosas para informar a otros neumáticos y vehículos que se espera que circulen por la misma carretera.
La huella cambiante inteligente prepara al vehículo para lo inesperado, proveyéndole seguridad proactiva ante cualquier circunstancia. Dependiendo de las condiciones meteorológicas y de la carretera, la huella más apropiada aparecerá de forma autónoma con la ayuda de la piel biónica del neumático.
La piel biónica permite la auto-reparación. Y, en combinación con la unidad de Inteligencia Artificial, mide el desgaste actual y predice el desgaste futuro para permitir la gestión autónoma del neumático, permitiendo un mantenimiento predictivo y proactivo. Esto incrementa la vida útil del neumático y la seguridad, ofreciendo en todo momento una experiencia de usuario mejorada, en términos de movilidad, para los proveedores de Mobility as a Service (MaaS).
La forma esférica se mueve en todas las direcciones y contribuye a la comodidad, seguridad y maniobrabilidad para ajustarse a las demandas de la movilidad autónoma y la movilidad como servicio. La forma también es capaz de acomodarse a las limitaciones de espacio en ciudades inteligentes (plazas de aparcamiento más pequeñas, circulación en pelotón, maniobrabilidad, facilidad de reincorporación…).