No sé a que grado la tecnología nos haga la vida más fácil, pero estoy completamente seguro que es gran responsable de que nuestra vida sea más cómoda. Sin embargo, creo que a veces demasiada comodidad puede ser perjudicial. Esto es lo que puedo decir después de algunos años de analizar el comportamiento de muchos alumnos.
Mi conclusión es, a muy grandes rasgos, que los jóvenes están presentando una apatía tremenda. Al menos en mi experiencia no están dispuestos a trabajar en algo que les conlleve demasiado esfuerzo, y para todo quieren utilizar los dispositivos digitales. Algunos de ellos inclusive no disponen en casa de ningún libro, ya no se diga para hacer la tarea, ni siquiera para leer de vez en cuando.
Los niños y jóvenes tecnológicos
Curiosamente los padres de dichos alumnos están convencidos de que el esfuerzo es necesario para aprender. Pero la generación mayor no encuentra una manera de que la generación joven entienda el valor del esfuerzo. Estoy de acuerdo en que la tecnología debe ser manejada por las nuevas generaciones para simplificar su vida, pero está ocurriendo un exceso, donde la utilizan para esforzarse el mínimo posible.
Por ejemplo, antes asistir a una clase de inglés implicaba un gran esfuerzo. Uno aprendía mucho consultando el diccionario para salir de dudas. Ahora ya no se requiere ni la computadora, basta con el celular o una tableta conectada a Internet para acceder a Google Translate, donde inclusive mediante comandos de voz se pueden accesar oraciones completas y traducirlas inmediatamente. ¿Están aprendiendo algo si no se tienen que esforzar nada? Habría que analizarlo.
La tecnología y las nuevas generaciones
Toda la tecnología que los jóvenes utilizan genera que sientan una necesidad de inmediatez; si algo no puede solucionarse rápidamente entonces no merece la pena. Claro que la tecnología en si misma no es la culpable, y mucho menos los jóvenes, ya que ellos han crecido en un mundo cada vez más tecnológico y utilizan los recursos a su disposición.
Creo que el problema radica en los padres, quienes se han alejado de las cuestiones tecnológicas, o si no alejado, por lo menos no han seguido el ritmo, porque en general se sienten sobrepasados por sus hijos. Los padres prefieren hacerse a un lado en lugar de enseñarles a sus hijos de que el abuso de la tecnología también implica ciertos problemas. Los padres mismos dejaron de inculcar hace tiempo el significado del esfuerzo.