Conocimientos básicos como migraña, Parkinson o el mismo Alzheimer ponen al descubierto la necesidad urgente de descifrar el cerebro humano, uno de los mayores desafíos de la ciencia moderna.
Con este objetivo la Comisión Europea dio luz verde para la creación del Proyecto Cerebro Humano (Human Brain Project – HBP) que desde su creación en el 2013 ha sufrido varios reveses.
El objetivo del proyecto es simular el cerebro humano en su totalidad mediante computadora y así poder encontrar la cura para enfermedades y desórdenes mentales de caracter neurólógico o psiquiátrico.
Pero la comunidad científica particularmente los neurocientistas están descontentos por la forma como se administra el proyecto. Un sistema autocrático, aseveran.
La disputa pretende ser mediada con los resultados presentados la semana pasada por un comité independiente. Los neurocientistas estaban en su razón. El proyecto tal como está no funciona y debe ser revisado.
Las observaciones se dirigen al líder del HBP, Henry Markram, en el Insitituto Federal Suizo de Tecnología. Markram es el presidente en todas las comisiones creadas. Otra crítica apunta a la eliminación del proyecto de los cientistas del conocimiento. Sin ellos habría que reconstruir la ciencia, significando más ciencia básica.
Alexandre Pouget, uno de los descontentos, cree que mientras que las simulaciones son valiosas, no son suficientes. «Existe el peligro de que Europa crea que está invirtiendo en un gran proyecto neuro-científico aquí, pero no lo es. Es un proyecto IT.»
La decisión europea de aprobar, incluso así como está, el HBP; apresuró a los cientistas norteamericanos a crear su propio proyecto. El Brain Initiative que busca descifrar la actividad del cerebro humano y podría obtener hasta $3bn en un periodo de 10 años.
Aceptar las recomendaciones del comité independiente o perecer y con ello el sueño de varios científicos. Lo que ofrecería un proyecto más realista pero sin la jerarquía establecida a partir de su creación. Ahora generaría nueva tecnología para la ayuda de los neurocientistas en una mejor comprensión del cerebro y sus enfermedades.
Prometerle a los políticos cura para la demencia o milagros en la inteligencia artificial y no cumplirlos, corre el peligro de afectar los fondos para el desarrollo de la neurociencia y eso si sería un desastre.
Con las recomedaciones, el proyecto aunque más modesto aún sigue siendo importante. Además un complemento perfecto para lo que hacen los norteamericanos que soporta el desarrollo de otros tipos de neurotecnologías.
Hasta que los científicos se pongan de acuerdo, nosotros seguiremos padeciendo de las más comunes enfermedades como las que mencioné al comienzo.
Enlace: Nature