El impacto de la tecnología en nuestra vida diaria es una de las pasiones de Ryan Budish quien es un miembro del Centro Berkman para el Internet y la Sociedad en la Universidad de Harvard y además es el director de la plataforma web conocida como Herdict.
En el artículo que escribe Budish, se declara un antiguo usuario de audífonos bajo receta. Desde esta perspectiva el estudioso sugiere que muy pronto pequeñas computadoras se convertirán en extensiones de nuestro cuerpo.
Se debe establecer que existen dos tipos de dispositivos electrónicos: Los audífonos bajo receta son dispositivos médicos diseñados para compensar una deficiencia física. Por el contrario, los dispositivos para el consumidor (reloj de Apple), son artículos de lujo que nos permiten leer mensajes de texto y medir nuestros progresos en el gimnasio.
Sara Hendren, artista y experta en tecnología adaptativa ha escrito que «toda la tecnología es tecnología asistiva.» Mientras que los dispositivos médicos llenan vacíos creados por una discapacidad o enfermedad, los dispositivos para consumidores llenan vacíos creados por el ser humano.
Cuatro tendencias que harán que los dispositivos sean herramientas indispensables en el futuro
1. Los dispositivos crean realidades substitutas.. Los dispositivos sensoriales necesitan convertirse en el vínculo entre la realidad y nuestras experiencias sensoriales.
El objeto de los audífonos bajo receta es mejorar la calidad del sonido. Pero los audífonos modernos no se limitan solo a percibir sonidos más fuertes, sino que ofrecen un panorama sonoro sustituto que se adapta a las necesidades y entorno del paciente. En un restaurante con una gama de sonidos, estos dispositivos pueden identificar y separar el ruido de los vasos y el compás de una conversación, a la vez que capta la frecuencia de una voz cercana.
Microsoft ha creado HoloLens, por ejemplo, con el cual un dueño de casa puede realizar sus propias reparaciones eléctricas mediante la proyección de instrucciones, ayudas visuales, y el asesoramiento de expertos.
2. Los dispositivos se operarán por medio de algoritmos. Substituir nuestra realidad está mediado por algoritmos que nosotros no podemos controlar y no los entendemos.
En el caso de los dispositivos médicos como los audífonos, estos están regidos por algoritmos que son los que determinan cuáles sonidos se amplifican y qué sonidos deben disminuirse. Los algoritmos de los marcapasos determinan cuándo llevar un pulso electrónico al corazón. Los algoritmos de un páncreas biónico determinan cuándo administrar insulina adicional.
El único problema de estos dispositivos es que si no ofrecen oportunidades de personalización (o permiten que un experto pueda ayudar a personalizar dicha experiencia), dejará a los usuarios aún más dependientes de algoritmos predeterminados por defecto.
3. Los dispositivos fallan de forma indeterminada. Mientras más confiamos en los dispositivos para interpretar nuestro mundo exterior, será indispensable que estos instrumentos electrónicos comuniquen sus fallos por sí mismos.
Futuros dispositivos probablemente efectuarán tareas increíblemente complejas. Sin embargo cuando los resultados son inesperados lo único que queda es confiar que aquel dispositivo sabe mejor, bien sean secretos o poder a travez del saber. Pero a veces puede que sus respuestas sean erróneas.
Determinar si lo que vemos o escuchamos está en relación con la realidad (buen funcionamiento), si es el resultado de un algoritmo inescrutable, o simplemente es un error, puede significar todo un reto.
4. Los dispositivos registrarán todo. Si las fallas son difíciles de detectar, la solución es todo un reto: grabado de todo.
En el caso de los audífonos recientes, estos ahora permiten grabar ciertos tipos de datos con fines de diagnóstico. Si usted le sube o baja el volumen a estas ayudas auditivas, el dispositivo registra la información sobre la nueva configuración y permite que su audiólogo descargue dichos datos en una fecha posterior.
Dicho almacenamiento puede incluso no ser necesario ya que los dispositivos para consumidores podrían transmitir todo en tiempo real a servidores centralizados. Aunque esta modalidad permite un análisis más complejo frente a pequeños dispositivos con limitado almacenamiento, también crea mayores problemas de privacidad a medida que más datos se transmiten, se almacenan, y están en posesión de otras personas.
Si el desarrollo de los dispositivos móviles sigue el camino de los audífonos, las futuras generaciones de estos será de mayor inmersión, más complejo, más difícil de arreglar, y más pervasivos en la recopilación de datos.
Imaginar estos progresos es entender estas tendencias. Y que debemos tomar muy en serio a los dispositivos móviles como herramientas indispensables en nuestro futuro.