Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft, Yahoo, Ebay… ¿Cuál de estas grandes empresas va a ser aún más grande en una década y cuál va a quedar reducida a cenizas? No importa lo grandes y robustas que sean dichas compañías, en algún momento tendrán que dar paso a nuevas empresas. Recuerda, no hay imperio que dure por siempre.
Toda empresa tiene un ciclo de vida por cumplir, lo que indica que en algún momento futuro deberá decaer. ¿O no? El sector tecnológico es uno de los que cambian con mayor rapidez, lo que en teoría implica que no haya un mañana seguro para ninguna empresa tecnológica. Sin embargo, ninguna de las grandes empresas caerá sin dar batalla.
Es común leer sobre las compras de empresas pequeñas que realizan las grandes compañías, tan común que ya no sorprenden los precios que se llegan a pagar por hacerse con ellas. ¿Por qué ese apetito por compañías nuevas? Sencillo. Empresas nuevas significan ideas nuevas y gente nueva. En resumen, sangre nueva para la empresa.
La cuestión interesante es determinar las posibles causas que pueden provocar la caída de las grandes empresas. En los últimos años hemos visto una diversificación interesante dentro de las grandes empresas, las cuales tratan de abarcar muchos sectores para así tener siempre un pie en el negocio aún cuando algunos proyectos fracasen.
Es decir, las grandes empresas no apuestan a una sola idea y proyecto, sino que desarrollan muchos al mismo tiempo, aún cuando tengan un producto estrella o sector primordial que ea el que le deje la mayoría de ganancias. Pero ojo, que algunas compañías no están comprendiendo que diversificarse también implica un posible problema.
Dice el dicho que el que mucho abarca poco aprieta, y en este sentido algunas grandes empresas quieren entrar en todos los negocios, con lo que tarde o temprano terminarán descuidando un sector clave, lo que podría precipitar su caída. ¿Te suena el caso de Blackberry? Nadie está completamente a salvo en el mercado tecnológico.
También hay compañías que se han dado cuenta de esto y han comenzado a cerrar o vender algunas de sus divisiones, para centrarse en un puñado de proyectos que son los más viables económicamente. Eso si, cerrar demasiados proyectos también puede ser perjudicial, sobre todo cuando se hace al mismo tiempo.
Sin embargo, el gran competidor de las empresas tecnológicos existentes vive en la incertidumbre, y por eso no se puede anticipar su llegada. Me refiero a las nuevas empresas, esas que todavía no se crean pero que están tomando forma en la mente de la nueva generación de emprendedores tecnológicos.
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