Twitter ha generado toda una economía obscura de comercio con las ya famosas y a veces intolerables cuentas falsas. Existen por miles y están constituidas principalmente por spammers, estafadores y los proveedores de malware. En otros casos envían enlaces basura, algunos trabajan como robots para hacer un tweet favorito o simplemente hacen retweets; y, otros existen puramente para aumentar el número de seguidores.
Twitter por supuesto prohíbe la venta y la creación automática de cuentas y la compañía suspende rutinariamente las cuentas creadas en violación de esta directriz.
Sin embargo de acuerdo con investigadores de la Universidad George Mason, el Instituto Internacional de Ciencias de la Computación y la Universidad de California, Berkeley, Twitter tradicionalmente suspende estas cuentas fraudulentas solo luego de que han sido utilizadas para el spam y de ataques legítimos a usuarios de Twitter.
Gilad Lotan, un cientista de datos en Betaworks, y a quien tuve el gusto de conocer gracias a Global Voices, sintió curiosidad por el tópico de número de seguidores y compró 4.000 seguidores por cinco dólares y echó una mirada a sus nuevos amigos.
En la foto de arriba, la nube color violeta con amarillo representan a sus seguidores naturales, antes de la compra. Están estrechamente relacionados y tienen múltiples similitudes en una forma u otra. Los nuevos seguidores se encuentran en la parte inferior (color púrpura), dispares y flotando en sus propias nubes en algún lugar.
Lo malo del incremento en sus seguidores, a pesar de fundarse en cuentas falsas, es que en la realidad le sirvieron de impulso para conseguir más seguidores reales.
Pero cuidado que el mismo Lotan, advierte:
No estoy recomendando a nadie que salga a comprar seguidores. De hecho, yo no puedo superar la sensación de que es bastante deshonesto e inmoral. Pero sí creo que adquirir la cantidad exacta, por mucho que me cueste escribirlo, puede tener un efecto positivo a largo plazo sobre la aceleración en su crecimiento y visibilidad.
El análisis de Gilad Lotan merece una detenida lectura. ¿Alguien ha hecho un análisis de las interacciones entre las cuentas de spam? Recuerden entonces que a pesar de los esfuerzos de la compañía, el spam tiene una gran actividad y su propio universo. Así que si entre sus seguidores nota a ‘alguien’ que solo hace retweets y marca ‘favoritos’, lo mejor que puede hacer es bloquearlo, tal y conforme lo recomienda Flowingdata.
Si no le cansé con la lectura, y usted no es un bot, hágame un favor – vaya ahora mismo a Twitter y síganos: @tonnets. ¿Le parece?
El tema de los falsos seguidores que para muchos resulta una estrategia, en realidad es un mecanismo que si bien incide en el crecimiento cuantitativo de una cuenta, no implica la mejoría del alcance y el poder exponencial del mensaje del usuario. Ahí que la compra de seguidores no es más que eso: un engaño de los vende humo en redes sociales.
En realidad las redes sociales son sistemas informáticos que llevan las relaciones humanas, sociales, culturales, comerciales, políticas, económicas, entre otras, a un nivel tan sofisticado que exigen más allá de la intención de difundir, demandan comunicar y construir a cada instante para múltiples fines. Si no fuera así, cientos si no miles de empresas, personajes y hasta gobiernos que compran seguidores a estas alturas estarían gozando de las mieles del éxito. Buen artículo para la reflexión, gracias.