Basados en información que data de unos 65-95 millones de años, John Horner, un curador de paleontología en el Museo de Rockies en Bozeman, Montana, junto a un profesor no identificado de la Universidad de Montana, han concluido que el archi conocido Tyrannosaurus rex no es un chita, tampoco un león. Se parece más a una hiena.
Esto luego del censo efectuado a todos los esqueletos de dinosaurios en la parte este de Montana. Todo empezó hace 12 años en Hell Creek Formation y el reporte completo puede ser encontrado aquí.
Si el T. rex hubiera sido el gran predador de su época, hipotetizan los científicos, tendría que haber tenido de un tercio hasta un cuarto de corpulencia respecto a su presa para alimentarse solo de carne. Pero lo que ellos han encontrado es que habían tantos fósiles vegetales como esqueletos de T. rex.
Si se cuentan los leones, leopardos y chitas en el Serengeti, ese número no iguala al de las hienas, porque ellas tienen más recursos para alimentarse. Las chitas por ejemplo, solo persiguen presas realmente rápidas. No se comen a las tortugas. En cambio una hiena se come a la tortuga o cualesquier otra cosa que pueda cazar o que ya esté muerta.
El curador del Museo de Rockies dice que no hay evidencia de este tiranosaurio podía correr rápido, así que no podía actuar como el citado mono. Si se podía comer a un animal enfermo, lo haría.
Todo esto hace que el feroz y gigante Tiranosaurio rex se vea más como una hiena y como un cazador oportunista que comía tanto animales ya muertos tanto como presas recién cazadas.
[Fuente USAToday][Imagen CC GogDog]