Sergio Fotea es un computador científico de Argentina, que se encontraba revisando curriculums de posibles empleados, mientras pensaba que él nunca tomaría a una persona con antecedentes penales. La idea le siguió rondando en su cabeza, y se dio cuenta que en realidad, sería un brillante idea enseñar computación en las cárceles. Para trabajar como programador, no se necesita estar frente a frente con sus clientes y si tuvieran una profesión rentable, al salir de los penales, podrían encarrilar su vida dándole un giro sanador. Fotea parte del presupuesto de que entre un universitario y un villero no hay disparidad de inteligencias, sino de oportunidades.
En Argentina, hay un déficit de programadores. La industria del software empleó durante 2010 a 64.400 personas. Se supone que para este año se necesitarán 7000 más, pero las Universidades han generado solamente 2500 nuevos programadores.El pasado 28 de diciembre, se recibieron los primeros 30 reclusos.
Este programa planea extenderse a otras cárceles. Dice Fotea “La idea es crear software factories desde la cárcel, es decir,construir nodos de programación de manera remota, pero que después a través de la Fundación podamos vender horas de programación al mundo.»
Y comprobamos una vez más, que es más fácil decir «No se puede» ó «Todo está mal», que arremangarse y hacer un proyecto como lo hizo Sergio. Queremos felicitar mediante estas líneas a este excelente profesional. Que los presos puedan tener un trabajo digno hará que nuestra sociedad sea cada día un poco más justa.
[fuente: Miradas al Sur]
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eeee me estan robando el trabajo
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que buena idea, espero que sean responzables