El cerebro es alterado tanto por las drogas como por la comida.
Ralph DiLeone, un cientista en cuestiones del cerebro en la Universidad de Yale ha concluido que: La motivación para ingerir cocaína en el caso de los adictos a las drogas es posiblemente similar a los circuitos que se activan de la motivación a comer en una persona con hambre.
También ha encontrado, aunque en animales por ahora, que las comidas grasas y las en base a dulces actúan como la droga en el cerebro. Y cada vez más existe evidencia que comer demasiadas comidas de este tipo pueden causar cambios a largo plazo en los circuitos cerebrales que controlan la conducta de comer.
Teresa Reyes, una profesora asistente de investigación en el Departamento de Farmacología en la Universidad de Pennsylvania tuvo bajo investigación un grupo de ratones por 20 semanas. Los animales estuvieron en dieta de comida para engordar. Al cabo de ese tiempo se pusieron obesos. Los investigadores miraron entonces los centros del placer en los animales —estas áreas son las que cambian en los adictos a las drogas.
Lo que encontraron es que en los animales de prueba, en esa área del cerebro experimentaron dramáticos cambios. Esas alteraciones hicieron tales áreas se convirtieran en menos sensibles a las comidas ricas en grasa, así que los pobres ratones debían ingerir más grasa que otro animal de su género para obtener el mismo nivel de placer. Algunos de eso cambios no desparecieron después que dichos animales retornaron a su vida normal.
Existen otras investigaciones que prueban la relación entre las comidas y las drogas. Un equipo sueco por ejemplo, encontró que la ghrelin, una hormona en el estómago, puede hacer que las ratas busquen azúcar de la misma manera que los adictos buscan las drogas.
Y otro grupo de investigadores en la Universidad de California, encontró que las ratas macho prefirieron el azúcar en lugar de pequeñas cantidades de cocaína, mientras que las hembras hicieron lo contrario.
DiLeone, el investigador en Yale, asegura sin embargo que no está aún claro la relación entre comida-droga, particularmente en la personas. Aún existen profundas discusiones en el mundo científico en esta área sobre si la comida es adictiva o no. «Pero sea adictiva o no, probablemente existen componentes que son similares a la adicción», manifestó el Dr. DiLeone.
Por nuevos estudios respecto al tema, consulte las memorias presentadas en la 2010 Society for Neuroscience en San Diego.
[Fuente NPR][Imagen CC dr zaro]