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La última edición de la revista PODER Colombia presenta un análisis del efecto de Twitter en las elecciones colombianas, además de preguntarse ¿Qué pasó con Twitter? Pues el eco a favor de Mockus en la red fue enorme frente al candidato oficialista Santos, ganador de la 1era vuelta.
«Una demostración de que la encuestas no superan la realidad, y en política, la maquinaria pesa más la Internet.»
Algunos fragmentos del artículo de la revista PODER…
En primer término, la estrategia de comunicación de Mockus y su gente estuvo montada sobre Internet y sus portales Twitter y Facebook, alegando que eran los mecanismos modernos de comunicación, “limpios y transparentes” y con la creencia de que los resultados obtenidos en la campaña de Barack Obama en Estados Unidos se pudieran trasladar a Colombia, un país con una cultura y una idiosincrasia muy distintas.
Mockus y su campaña le entregaron demasiado poder al mundo virtual, y exageraron su penetración y credibilidad entre los colombianos. A lo mejor de esa manera se pretendieron tapar los vacíos en la comunicación del candidato, era una forma más barata de hacer publicidad y de llegar en forma rápida a los electores, así fuera superficialmente.
La exageración en el culto a Twitter llegó a límites increíbles. El desafortunado accidente de la fórmula vicepresidencial de Mockus, el ex alcalde Sergio Fajardo, fue subestimado en el trabajo electoral y político con el argumento de que Fajardo se mantendría en contacto con sus potenciales electores a través de su cuenta de Twitter, en Internet.
¿Qué le pasó a mi Twitter? debe ser una pregunta que ronda al candidato y a su gente desde la misma noche del 30 de mayo.
Los analistas políticos harán todo tipo de interpretaciones, como que la campaña de Mockus pecó de ingenuidad al creer que la política en Colombia se hace sin maquinaria y sin una estructura de manejo electoral, que la sinceridad en la campaña no necesariamente es una estrategia para tener votos y que los errores cometidos se pagan caro.
