La ciencia y la técnica aunque no evolucionan por igual, ciertamente dejan sabores y sinsabores a sus usuarios. Hoy asistimos a una generación donde los robots amplían las capacidades de la gente – no las reemplazan. Los preceptos humanos de ‘discriminación’ y ‘moralidad’ sinembargo, no han logrado ser aún introducidos en estas máquinas inteligentes.

Para respaldar lo que decimos, le invitamos a observar dos casos excepcionales ocurridos en el Japón. El uno es el proyecto en el que trabajan el Dr. Masaaki Kumagai and Takaya Ochiai, en el Departamento de Ingeniería Mecánica y Sistemas Inteligentes en la Universidad Tohoku Gakuin, llamado BallIP – abreviación de Balón Péndulo Invertido por sus siglas en inglés y del cual ya hicimos referencia en GeeksRoom.

Pero aparte del por qué no? del BallIP. Los japoneses tienen esas excentricidades que en occidente no siempre las convalidamos, pese a tener una de las industrias más avanzadas en robótica. El segundo caso que les presentamos es el matrimonio celebrado en Tokio. No por un oficial del gobierno nipón, tampoco por un religioso, sino el I-Fairy:

via: Kirai