Hoy Toyota anunció el desarrollo de una Función de Supresión de la Aceleración que se basa en big data obtenida de vehículos conectados.  Esta función ayuda a detectar el mal funcionamiento del acelerador y al hacerlo en forma automática controla la aceleración.

Esta nueva función comenzará a aparecer en nuevos vehículos de la marca japonesa a través de la introducción de una nueva versión del Sistema de Control del Acelerador este mismo verano comenzando por Japón.

Previamente, en el 2012, Toyota introdujo el Sonar de Separación Inteligentes (ICS por sus siglas en inglés) con el propósito de prevenir accidentes y reducir daños producidos por el mal uso del acelerador.  En la actualidad son 32 los modelos, entre vehículos Toyota y Lexus, que utilizan ICS, un poco más del 80% de sus vehículos.

Luego en el 2018 la automotriz japonesa introdujo el Sistema de Control de la Aceleración y fue instalado en algunos pocos modelos.  hoy en día este se puede instalar en 12 modelos y en un mes, desde fines de Diciembre pasado, se han instalado en 20.300 unidades.

Si bien estos dos sistemas anteriores solo funcionan si obstáculos son detectados por los sensores, con la nueva función, se busca controlar el acelerador cuando se detecta un mal funcionamiento de este, aún si no existe un obstáculo como una pared o vehículo por delante.

Toyota explica que durante el desarrollo de esta función, tomaron como referencia accidentes reales producidos por un mal uso del pedal de aceleración.  En particular se analizaron situaciones en las que ese pedal se pisó a fondo.  Luego hicieron una comparación con los datos colectados de vehículos conectados con la características de los accidentes reales ocurridos por esta causa.

Con esta nueva función, la automotriz está convencida de que puede reducir el número de accidentes producidos por esta causa y en un futuro piensa compartir este nuevo sistema con otros fabricantes.

Toyota está trabajando para reducir las muertes y heridos por accidentes de tránsito y lo está haciendo utilizando un enfoque de tres pilares que incluye mejoras en la seguridad del automóvil, iniciativas educativas y mediante actividades dirigidas a mejorar los entornos del tráfico.