Steve Jobs no es precisamente el hombre más adorado en el mundo. Algunos, de manera entendible lo han tipificado como una persona de cabeza dura.
Pero desde la el Día de los Inocentes en los EE.UU., allá por 1976, cuando junto a Steve Wozniak fundara Apple Computer, hasta su renuncia del cargo de CEO en Apple, Jobs ha demostrado ser una persona de carisma.
Incluso se sugiere que debido a la magia que encierran esos hombres visionarios y ese tipo de líderes, Steve Jobs muy bien podría compararse con Henry Ford o Thomas Edison, dos titanes de la tecnología en Norteamérica.
Con Ford lo vincularía su entendimiento de las necesidades latentes de la gente. Edison y Jobs, ambos pueden ser considerados como una mezcla de inventores/innovadores de la tecnología existente. El llevar los productos de Apple al mercado lo convierte a Jobs, en ser supremo en esta área.
Nadie estuvo reclamando por un iPod en el 2001, tampoco nadie estuvo en la calle pidiendo por una computadora personal que entre perfectamente en su bolsillo, cuando el iPhone se presentó por primera vez en la 2007 MacWorld Conference en San Francisco. Eso se llama innovación. Jobs tuvo el coraje de pensar para sus adentros:»Ustedes no necesitan esto, pero van a estar encantados».
Qué nos deja de herencia Steve Jobs?
Apple como compañía es su legado. En 1985 justo después de que se alejara de ella, la compañía estuvo al borde de la quiebra. NexT su otra compañía fundada a la par de Apple, fue comprada por esta última (en 1996) y eso le ha significado el éxito, tanto a la manzana en sí mismo, como a Steve Jobs.
La tecnología detrás de NexT sobrevive hoy en día en el corazón de la Mac OS X y el software que alimenta el iPhone y el iPad.
El crear productos que no eran conocidos y nunca se habían vendido antes, ha hecho de Apple la compañía con mayor rendimiento del mundo y la octava más rentable en los EE.UU.
Al partir Jobs (aún sigue como Chairman de Apple) no es que la compañía vaya a desaparecer. Ningún buen CEO, sea en la Ford o en Verizon, que son los más pagados del mundo, crea una organización que se caiga para cuando su puesto quede vacante. La compañía, no los productos, es el legado de Steve Jobs.
La vida privada de Jobs —algo de lo que podemos todos aprender
Un billonario como él ha sabido mantener su vida privada para consigo mismo. Solo el cáncer pancreático que le aqueja desde el 2004 es ampliamente conocido. Ni siquiera el no vivir con su padre sanguíneo ha impedido el éxito del ex-CEO de Apple.
Antes de que se escriba su biografía, es interesante conocer que como buen hombre de negocios, históricamente hablando, Jobs es de ascendencia siria. Abdulfattah John Jandali, un hombre sirio, y su ex-esposa Joanne Simpson son los padres del billonario.
El suegro de Jandali no estuvo de acuerdo con el matrimonio de su hija con un extranjero de origen árabe. Así que la madre fue a San Francisco para dar a luz y entregar el bebé en adopción. El padre sanguíneo de Jobs le dijo al New York Post que solo hace pocos años supo que el bebé que dio en adopción se convirtió en el CEO de Apple.
Jandali le ha escrito correos electrónicos a su hijo algunas veces, pero no lo ha llamado para evitar que piense que busca su fortuna. Pero si se lamenta haberlo entregado en adopción hace 50 años. Hoy, Jadali tiene 80 y Jobs sigue deteriorando su salud. Esperemos que un día se reunan, antes que sea tarde.
La esposa de Steve Jobs es Laurene Powell con quien tiene tres hijos: Reed Paul, Erin Sienna, y Eve. Tiene además Lisa Brennan Jobs, una hija que le tomó trabajo reconocer, hija de su ex-novia de colegio Chris Ann Brennan. La hermana que tiene y que no conoció sino siendo adulto, se llama Mona Simpson y es la aclamada autora de Anywhere But Here.
Entre sus cercanos amigos figuran apenas John Lasseter de Pixar y Larry Ellison de Oracle.
[Fotos cortesía de makeuseof.com y 9to5mac.com]
Estimado Milton, no es posible que en un sitio como este se escriban faltas de ortografía.
En el segundo párrafo del articulo de Jobs, escribiste «… Jobs a demostrado…» en vez de
Jobs HA demostrado…
Ese no es un error de dedo, tal vez distracción?
Ojala y el comentario te sirva, no solo a ti si no también a todos aquellos valientes que escriben con ortografía de perro…
Señor Escamilla Oliveira – Aprecio mucho la observación y efectivamente ese no es un error ni de dedo, ni de distracción. Es un error de edición que fue omitido y el cual aceptamos como nuestra única responsabilidad.
Realmente nos gustan mucho nuestros lectores críticos y más si son precisos y contundentes. Pero la «ortografía de perro», si es que existe, porque los canes no leen, es solo para mí y no para nadie más como trata de insinuar en su observación.
Espero seguirlo teniendo como nuestro lector y seguro que tendremos más cuidado para una próxima oportunidad.