4 noviembre 2024

Mark Zuckerberg, Facebook y el sueño imposible

Difícil es expresar lo qué es Facebook y la forma en cómo esta red social ha modificado el comportamiento de los usuarios en la red, el marketing y sobre todo, el concepto de negocio 2.0.

Hasta principios de 2009, Facebook, en países como México no era un tema de moda; al contrario, el uso de esta plataforma era catalogado de «complicado» y una mayoría prefería encerrarse en sitios como Hi5 antes de migrar al sitio de Mark Zuckerberg.

Solamente dos años después y como si se tratara de un vago recuerdo, Facebook (al igual que Twitter), pasaron de ser cosas de «geeks» a ser un tema de moda en México y en el mundo.

La mente detrás de este proyecto ha sido una mayoría de las veces criticada, alabada e incluso humillada; sin embargo, la visión y manera de «apoderarse» literalmente de casi todo el planeta, es una acción para aplaudirle al que fuera nombrado el «millonario más joven» en aparecer en la lista de FORBES de los hombres más ricos del mundo.

Fue nombrado «Hombre del año» por TIME, situación que causó polémica respecto al por qué se le dio Zuckerberg este título después de ser Wikileaks de la mano de Julian Assange los protagonistas del último trimestre del año. Sobre este tema, existen muchas razones para pensar que las «filtraciones» tienen más relevancia que una «red social»; pero lo que es un hecho es que Zuckerberg consiguió un sueño imposible he aquí mis razones.

1.  Ganancias, ganancias y más ganancias. «Facebook madre de la caridad» no es la mejor manera de calificar a este servicio. El negocio, la publicidad y alianzas que ha logrado esta red social le valieron en 2009, para hacerse de 800 millones de dólares de ingresos, y se espera que en 2010, la firma se lleve a la bolsa 2000 mdd. Y claro, no olvidemos que esta compañía también hace su labor social.

2. Hitler, Julio Cesar, Bush aplaudirían a Mark. La expansión territorial de Facebook es la más grande de todas las redes sociales en 2010, quién imaginaría que un chico de Harvard lograría «dominar» al mundo, obtener sus datos y marcar tendencias sin derramar una sola gota de sangre. Si tienen duda de ello, basta observar el siguiente mapa que más de un persona histórico hubiera dado su vida por apreciar. Zuckerber, lo lograste.

3. Facebook tiene una película. La vida del «chico tímido» y su sueño de crear una sistema social, fueron lo suficientemente atractivas para crear un guión y filmar una película. Hoy «La red social» es una fuerte candidata al Óscar; premio que le daría una estrellita a Internet y terminaría de convencer a más de uno que la world wide web no es cosa del diablo, y  son Facebook o Twitter fuentes de información y servicios de mucha usabilidad para la sociedad del siglo XXI.

4. «Yo de grande quiero trabajar en… Facebook«. Niños, jóvenes y adultos de varios rincones del planeta se han planteado la posibilidad remota de integrarse a las oficinas de Facebook. De acuerdo con el ranking de Glassdoor, que mide la satisfacción de los trabajadores y puntúa a los directivos de compañías de diferentes sectores, es esta firma una de las mejores por trabajar, muy por encima de Google.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=_D5iNx6qn3c]

5.  Futuro prometedor. BusinessInsider publicó una serie de conclusiones de lo que podría ocurrir con esta compañía la cual crece a pasos agigantados cada día.  Una de las más interesantes es el considerar convertirse en una empresa pública, aunque como marca la tendencia actual, en un tiempo veremos un Facebook de paga y claro, más de uno pagará lo mínimo por pertenecer a un sistema privado.


Siguenos por Twitter a través de @Geeksroom y no te pierdas todas las noticias, cursos gratuitos y demás artículos. También puedes seguirnos a través de nuestro canal de Youtube para ver nuestros vídeos y a través de Instagram para ver nuestras imágenes!

Mario Enrique Sánchez

Profesional de la comunicación digital y amante de las nuevas tecnologías. Blogger desde hace 6 años, ex periodista de El Universal Online. Sígueme en Twitter.

Ver todas las entradas de Mario Enrique Sánchez →