Investigadores europeos informaron en el International Solid-State Circuits Conference de San Francisco, California, el desarrollo del primer microprocesador flexible orgánico.
Los investigadores, especialistas en polímeros y electrónica molecular, son del Imec, un centro de investigación de nanotecnología de Belgica.
El mayor escollo para desarrollar esta tecnología, según el leader del equipo de investigadores, Jan Genoe, fue encontrar la forma de controlar los transistores orgánicos, pues cuando se habla de estructura, el silicio es mejor que las alternativas orgánicas pues su estructura monocristalina permite una reacción más consistente.
El costo de estos tipos de procesadores es mucho más baratos que los de silicio. Más o menos costaría producirlos solo el 10 % de lo que cuesta producir uno de silicio.
Según la fuente, este descubrimiento puede ser el inicio de un montón de aplicaciones que van desde poder registrar la presión del agua, cuando se lo coloca alrededor de una caño, hasta empaquetar alimentos y drogas de farmacia, ya que podría indicar el estado de la comida y avisar cuando nos olvidamos de tomar una medicina.
[Fuente Inhabitat]