Es importante recordar que un gadget como el iPhone 4, Blackberry o Android no es otra cosa que una herramienta de la cual es el usuario el único responsable.
La mujer en mención es una empleada de una acaudalada compañía en Rusia a quien le fue entregado un iPhone a nombre de la compañía. Ella decidió irse de vacaciones a Egipto junto a su hijo, no dudó en hacer uso de su smartphone. Y como a cualesquier niño actual le ocurre, el pequeño empezó a usar el iPhone para su provecho, los juegos. Jugó por unas cuatro horas.
Ese tiempo causó que el roaming del iPhone llegase a costarle a la desafortunada empleada unos $ 17,000 con la compañía proveedora del servicio celular en su pais natal. Esa cantidad es exorbitante comparada con el promedio que un usuario paga por ese mismo roaming y que es de alrededor de unos $ 300.
Aunque el iPhone viene por defecto prestablecido para tener su Data Roaming en posición ‘off’, siempre es bueno que se asegure que permanezca en esta posición, especialmente si tiene que salir de viaje, fuera de la zona de cobertura de sus servicio celular. Y claro, tenga cuidado cuando un niño es el que, aunque sea por curosiedad, opera el complicado (sencillo para un niño) iPhone.
Evite llegar a un litigio legal por no leer los manuales (super pequeño en el iPhone, pero existe). Un usuario regular puede simplemente que no sepa –mi hijo se conectó al mensagero sin pensar que estaba usando el internet– que algunas aplicaciones en su iPhone le permiten conectarse a la web e iniciar un intercambio de data sin siquiera usted notarlo puesto que sucede en forma invisible en lo que se llama background.
[Fuente e Imagen Profy]